En una reunión de negocios, se entrega una tarjeta personal con las dos manos y se recibe otra del mismo modo, esto denota interés. Dejar esa tarjeta al alcance de la mano durante todo el encuentro es muy importante para saber a quién se tiene en frente.
Si bien, los chinos son muy cordiales, no son afectuosos o demostrativos. Es por eso que el saludo es “distante”, siempre se trata a las personas por el apellido y el rango o título; y durante la disertación, se notará que el empresario chino no muestra emociones, eso lo utilizan como estrategia comercial.
No es conveniente hacerles preguntas personales. Es muy probable que a uno se las hagan, pero es por la curiosidad del mundo occidental.
Los chinos suelen utilizar mucho el silencio, no dicen que “no” por educación, utilizan una salida más indirecta. No se debe interrumpir a alguien cuando está hablando, así se puede dejar mal visto a un chino en público, ya que la deshonra y la vergüenza son muy importantes en su sociedad.
En la conversación, nunca hay que ir “directo al grano”, sino que está bien visto primero hablar sobre el país pero no sobre política.
El empresario chino debe tener confianza con la persona que tiene delante suyo, lo que implica tiempo de negociaciones y no apresurarlo a tomar las decisiones. Tampoco es bueno cambiar de interlocutores, porque implica comenzar de nuevo.
Un gesto muy apreciado por ellos es aprenderse una serie de palabras en su propio idioma. Dedicarle tiempo a palabras esenciales como “por favor”, “gracias” o parte del saludo, parecerá agradable y traerá como consecuencia buena predisposición para la negociación.
Si se planea viajar a China para una reunión de negocios, no se debe planificar el viaje dentro de los meses de enero y febrero ya que es el Año Nuevo Chino.
Si se planea viajar a China para una reunión de negocios, no se debe planificar el viaje dentro de los meses de enero y febrero ya que es el Año Nuevo Chino.
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